Palma Areca: cuidados y tips básicos

Nunca es tarde para renovar tu colección de plantitas. Si ya elegiste a tu nueva amiga verde, llevar contigo una guía con los cuidados y tips básicos para Palma Areca será de mucha ayuda para prepararte ante cualquier problema.

Esta planta, también conocida como Palmera Bambú, es una de las favoritas entre los plant lovers de todo el mundo. ¿Por? Se adapta perfecto a los interiores y no necesita de sol directo para ser feliz.

Sin más preámbulo, vamos de lleno a la guía de cuidados para mantener sana una Palma Areca

Cuidados básicos para una Palma Areca

  1. Historia
  2. ¿Dónde ubicarla?
  3. Temperatura
  4. Riego

1. Historia

El nombre científico de la Palma Areca es Dypsis lutescens y es originaria de Madagascar. Viene de la familia de las Aracaceas y puede crecer bastante con los cuidados correctos.

Es una de las plantitas favoritas de las grandes cadenas hoteleras, restaurantes y, obviamente, de los diseñadores de interiores. Su follaje las convierte en una gran opción para renovar cualquier espacio. 

 

2. ¿Dónde ubicarla?

Nuestra querida Palma Amarilla –otro nombre por la que esta planta es conocida– se adapta perfectamente a lugares que reciban luz indirecta. Esto quiere decir que puede crecer feliz en tu sala o recámara, siempre y cuando no tenga los rayos directos en sus hojitas.

Por nada del mundo elijas un spot en el que la luz del sol impacte directamente tu plantita ya que sus hojas se quemarán. 

3. Temperatura

Al ser originaria de una zona tropical, se acomoda perfecto a temperaturas arriba de los 15°C. Si nos ponemos muy exigentes –que así debería ser con todas nuestras amigas verdes–, deberás mantenerla entre los 18°C y 25 °C.

En cuanto a la humedad, también debe ser alta. Sus hojas transpiran mucho, por lo que tus mejores aliados serán los increíbles rociadores de Pepino con Limón. Rocíalas dos veces al día durante primavera y verano.

 

4. Riego

El peor enemigo de muchos amantes de la naturaleza. Entre los principales cuidados para una Palma Areca se encuentra la cantidad de agua que necesita. Durante las estaciones más calurosas del año debes hacerlo cada dos o tres días. 

¿Cómo saber cuándo necesita agua? Muy sencillo. Revisa con frecuencia el sustrato y, cuando lo veas seco o con poca humedad, es momento de hacer el riego. No lo hagas con exceso, si lo encharcas, podrás ahogarla y sus hojitas cambiarán a un color café, señal de que tiene mucha agua y estará cerca de morir.

Durante otoño e invierno, el riego debe ser moderado ya que no requerirá mucha agua. Bastará con que lo hagas cada diez días o cuando el sustrato comience a secarse.

 

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