Hule: cuidados y tips básicos para que sea feliz
¿Amas las plantitas tanto como nosotros? Si tu respuesta es afirmativa, estarás de acuerdo con lo siguiente: el Hule es una especie irresistible para complementar cualquier decoración.
Esta especie es una guerrera de nacimiento, tan independiente que no requiere mayores cuidados para crecer sana y fuerte. Esto, sin duda, la convierte en una planta irresistible para plant lovers principiantes o que tienen poco tiempo para cuidados.
A continuación te compartiremos algunos datos curiosos del Hule –también conocido como Ficus Elástica–, los cuidados que debe tener y tips básicos para que sea feliz en tu casa, oficina o depa.
¿Nos acompañas?
Cuidados básicos para un Hule
- Curiosidades
- ¿Dónde ubicarla?
- Temperatura y humedad
- Riego
1. Curiosidades
El Hule es una especie rústica originaria del sur de China, sudeste de Asia e Indonesia. Al ser un árbol tropical de hoja perenne, se adapta perfecto a interiores.
Esta plantita, junto a la Hevea Brasiliensis, se ha utilizado para fabricar caucho debido a la gran cantidad de savia de látex que generan. Además, en el noreste tropical de la India, las raíces del Hule se utilizan para hacer “puentes vivos”.
2. ¿Dónde ubicarla?
La increíble Ficus Elástica requiere, por lo menos, entre seis y ocho horas de sol al día. La ubicación ideal es un spot que reciba mucha luz indirecta.
Si las hojitas de tu plantita empiezan a cambiar de color o se desvanecen, debes buscar un lugar en el que reciba más luz.
3. Temperatura y humedad
Al ser una plantita fácil de cuidar, no tienes que preocuparte por los niveles de humedad del ambiente ya que puede tolerar cualquier nivel.
Respecto a la temperatura, la Ficus Elástica será más feliz en espacios que tengan entre 18°C y 30°C. Recuerda que es originaria de ambientes cálidos, por lo que si la temperatura baja de los 15°C puede empezar a sufrir.
4. Riego
El riego puedes hacer cada 1 o 2 semanas, sin olvidar que debes hacerlo cuando el sustrato esté completamente seco.
Durante primavera y verano, revisa su tierra una vez a la semana; en otoño e invierno, al ser estaciones donde la luz solar es menor, puedes hacerlo cada 2 semanas.
Si las hojitas comienzan a enrollarse, debes agregar agua con más frecuencia. Si empiezan a caerse o cambian de color, debes disminuir la cantidad riego.
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